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jueves, 21 de junio de 2012

Lali Esposito - Una santiagueña que no para de hacer éxitos


El 2012 es un año pleno para Mariana Espósito, la joven actriz, hija de santiagueños, que comenzó a forjar su carrera en la factoría de Cris Morena, desde Chiquititas hasta Teen Angels.

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“Lali”, como todos la conocen, cerrará su ciclo con Teen Angels con las funciones de despedida que realizará el 30 de junio y el próximo 1 de julio, en el Gran Rex de Buenos Aires.
En este, como en otros programas firmados por Cris Morena, marcó tendencia en los adolescentes.

Seguramente, seguirá haciéndolo a partir de su incursión en el teatro, con Las Brujas de Salem, y en el cine con La pelea de mi vida. EL LIBERAL la entrevistó en exclusiva.

¿Qué sensaciones tienes a partir de que estás próxima a despedirte de Teen Angels?
Emoción y miedo a dejar la burbuja donde uno estuvo cómodo durante tanto tiempo. A la vez, es una alegría enorme porque no estamos terminando porque nos fue mal o porque el proyecto no da para más sino porque cada uno de nosotros queremos seguir nuestro propio camino. No es un cierre entristecedor sino que es con mucha emoción y un balance positivo.

En este andar por un nuevo camino, desde mañana (por hoy) tienes una difícil parada con tu debut teatral con Las Brujas de Salem.
Es otro mundo para mí y primera experiencia con una obra de teatro. Empecé bien arriba, con una obra de Arthur Miller. El personaje, Abigail Williams, es un desafío. Es un desafío poder estar a la altura de actores que están en la obra, como Roberto Carnaghi, Rita Cortese, Carlos Belloso y Juan Gil Navarro.

Te toca hacer de Abigail, quien desata el infierno en Salem.
Es esta niña que vuelve loco al pueblo. Es por su culpa que se inician esos juicios en contra de la brujería y por el cual se cuelga a 26 personas. Es una historia real de la que se valió Arthur Miller para denunciar el macartismo en EE.UU, donde se reprimía a los comunistas. Miller usa la obra de Salem para poner un subtexto, que era su denuncia personal por lo que sucedía con esa caza de brujas que inició McCarthy en contra de aquellos de los comunistas. Es una obra muy interesante porque toca la política y lo social muy fuerte.

Marcelo Consentino, el director de la obra, ¿respeta el texto original de Miller o baja línea contextualizando la actualidad?
No fue pensado para bajar ninguna línea. Que al que le quepa el sayo se lo ponga. Es una historia que la estamos contando con mucho respeto ya que esta gente existió y quien la escribió lo hizo desde el corazón. Si bien la pieza genera reflexión sobre hechos tan deleznables como los sucedidos en Salem, cada espectador sacará sus propias conclusiones.

Miller es el dramaturgo preferido de los actores. ¿Qué sentiste cuando te convocaron para hacer un personaje central de una de sus mejores obras?
Primero, me agarró la inseguridad que tenemos todos pero, luego, confié en mí misma y comencé a trabajar muy fuerte con el director. Debutar con una obra de Miller es como jugar en la primera de Boca. Es muy fuerte y lo estoy tomando con el respeto que merece y la responsabilidad que debo tener para hacer este personaje.

Una responsabilidad que se duplica por la historia como por los otros protagonistas.
Es una alegría inmensa que tengo de debutar en teatro con Roberto Carnaghi y Rita Cortese. Rita es una maestra de teatro. Rita me instruye y ayuda en todo como lo hacen todos mis compañeros. Estoy disfrutando de esta nueva etapa.

¿Recurriste al método de Konstantin Stanislavski para elaborar a Abigail?
Me comí todos los libros que encontré. Leí mucho sobre Miller. En trabajos de mesa con el director, traté de entender qué quiere decir Abigail y por qué está en esta obra y qué es lo que viene a denunciar. Trabajé mucho con un libro que se escribió luego que salió el libro de Miller, que es la precuela; es decir, lo anterior a todo lo que pasó en Salem. Allí se describe cómo se llegó a ese problema social en Salem y en qué contexto vivía Abigail, de cómo mataron a sus padres, de cómo ella perdió su inocencia en la cama de John Proctor (Gil Navarro), un hombre casado que cometió adulterio con esa Abigail de 14 años. Me hizo parar desde otro lado al conocer la historia previa.

¿Tu Abigail tiene la impronta de Mariana Espósito o algo de la Abigail que hizo Winonna Ryder en el filme The Crucible?
Tiene la impronta del director (Cosentino). Entre los dos le dimos “vida” a Abigail que, en concreto, tiene mi impronta. Te diría que nadie nombró a la película. Ninguna de las cosas que tiene The Crucible fueron tenidas en cuenta para la obra. Trabajamos con el texto puro de Miller.

Fuente: elliberal

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